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Fusibles, pequeños grandes protectores contra sobrecargas Pese a su tamaño, son los responsables de brindar protección contra sobrecorrientes, por lo que es importante reemplazarlos cuando están dañados

Aunque su tamaño es pequeño, los fusibles tienen un papel muy importante en la industria, pues aseguran la integridad de los dispositivos eléctricos y electrónicos que se encuentran en un circuito, aparato o maquinaria.

Sus aplicaciones son extensas, pueden ir desde los sistemas electrónicos de los vehículos y computadoras hasta ventiladores o electrodomésticos, he ahí el porqué es importante identificarlos, conocerlos y saber reconocer cuándo es momento de cambiarlos, antes de causar algún daño en el dispositivo.

Su función principal es brindar protección contra sobrecorrientes o cortos
circuitos.

Existes fusibles de diferentes formas y materiales, dependiendo de las aplicaciones y el entorno del proceso en el que se va a usar, por ejemplo, los cilíndricos suelen estar hechos de cerámica y son resistentes a los golpes y choques, mientras que los de chicote utilizan hilo metálico o plomo para identificar los sobrecalentamientos en el circuito.

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Otras opciones son los de cuchilla, que tienen un filamento en una carcasa de estructuras y suelen utilizarse en instalaciones de distribución eléctrica, como grandes transformadores; o los de cartucho, que están hechos de material aislante y suelen usarse en placas y circuitos pequeños.

De acuerdo con la empresa Fusibles del Norte, independientemente del material del que estén hechos, una de las cosas más importantes es reconocer cuándo un fusible ya no funciona y es necesario remplazarlo, antes de que se produzca algún daño.

Para verificar su funcionamiento, la empresa recomienda, antes que nada, quitar la corriente o desconectar el aparato o maquinaria y sacar el fusible con herramienta especial, posteriormente se puede revisar de dos formas.

Las sobrecargas se pueden dar por fenómenos naturales, como la caída de un rayo, por problemas con el proveedor o por un exceso de dispositivos conectados en el circuito.

La primera es visualmente, es decir, verificar que este no presente quemaduras y se encuentre en buen estado, la segunda opción es comprobarlo mediante un multímetro, donde no se debe marcar continuidad. En caso de que el fusible no cumpla con alguna de estas características, es momento de cambiarlo.

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Ahora bien, ¿cómo se puede identificar el fusible a reemplazar? Como lo mencionamos anteriormente, un equipo puede tener varios fusibles en su circuito. Un vehículo, por ejemplo, suele tener dos fusibleras, una en el clúster y otra en el motor.

La forma más fácil de identificarlo es revisar si alguno está quemado o fundido, pues esta es la señal más obvia de que su tiempo de vida ha acabado y ya no es funcional, aunque esto no siempre ocurre así.

En ocasiones, el exterior del fusible puede parecer intacto, pero al destornillar ambas puntas y retirar el filamento, este suele mostrar daños cuando no funciona.

Ya sea de forma visual o con equipo especial, es importante revisar frecuentemente el estado de los fusibles y monitorear su funcionamiento, ya que si estos se dañan frecuentemente puede ser señal de sobrecargas de energía, de que es “viejo” o de que no se está usando el de la calificación adecuada.

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